Del mar a la mesa: la pesca sostenible como alternativa para la seguridad alimentaria
Fecha de publicación: lunes, 17 de octubre de 2022
Por: Ana Paula Sandoval, Daniela Oropeza y Verne Martínez Para: Animal Político
La pesca, como actividad económica, representa una fuente importante de ingresos para 300 mil personas de manera directa y 2 millones de manera indirecta. También destaca por proporcionar alimentos con grandes beneficios para la salud, pues es bien sabido que los pescados y mariscos son fuente abundante de aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales y ácidos grasos, principalmente Omega-3. Sin embargo, a pesar de que México tiene un alto nivel de producción de estas proteínas debido a sus 11 mil kilómetros de litorales y que ocupamos la 17º posición en producción pesquera a nivel internacional, su consumo promedio se encuentra muy por debajo de otros países con un volumen similar.
Vivimos en un país malnutrido: por un lado con personas que duermen todas las noches padeciendo hambre y por el otro lado con tasas de sobrepeso y obesidad por los cielos. Para el último caso, este aumento se ha mantenido a consecuencia de diversos factores como el consumo excesivo de calorías y la disminución de la actividad física y de la ingesta de vitaminas y minerales. Estos hábitos de alimentación se ven reflejados en el incremento en el gasto per cápita en alimentos altamente calóricos y de baja calidad nutricional y el descenso en el gasto en alimentos recomendados como frutas, verduras, lácteos y proteínas como el pescado.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, México tiene el consumo más alto de ultraprocesados y bebidas azucaradas en todo América Latina. En promedio cada uno de los habitantes de nuestro país consume un total de 214 kilogramos de ultraprocesados al año y 163 litros de bebidas azucaradas, posicionando a nuestro país en el 4º lugar mundial en el consumo de alimentos ultraprocesados. Estas cifras representan una grave problemática de salud pública, ya que la ingesta frecuente de estos productos está asociada al aumento en el riesgo de sobrepeso, obesidad, cáncer, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Mientras que el consumo de alimentos de nula calidad nutricional es sumamente elevado, el pescado y los mariscos no son de gran popularidad en la dieta de las personas mexicanas debido a que se perciben como poco accesibles. Por otro lado, el consumo de carne de res, pollo y cerdo es bastante alto, tanto que el año pasado México se convirtió en el 5º país con mayor consumo de estos alimentos a nivel mundial, alcanzando un consumo per cápita de 73.2 kilogramos. En contraste, el consumo anual per cápita de pescado fue de tan solo 13.9 kilogramos, muy por debajo del promedio global de 20.5 kilogramos.
Además, a diferencia de los pescados y mariscos, la producción y consumo de carne y otros derivados animales tiene un fuerte impacto ambiental. De acuerdo con la FAO, las emisiones de gases de efecto invernadero del sector ganadero representan el 14.5% a nivel global, equiparables a las emisiones de todo el transporte mundial. Asimismo el 80% de la deforestación en el planeta es resultado de la expansión agrícola y la huella hídrica de la carne es sumamente alta: para producir tan solo un kilo de carne de vaca es necesario gastar 15.000 litros de agua.
En cambio los pescados y mariscos, cuando se producen mediante métodos de pesca y captura sostenibles, respetando los ecosistemas marinos y adecuándose al ritmo reproductivo de los peces para mantener el equilibrio y garantizar la supervivencia de todas las especies, tienen una huella de carbono mucho menor. La acuicultura sustentable es una alternativa viable para la producción masiva de productos acuáticos de calidad y de precio accesible, incluso en zonas alejadas de las costas.
Sin embargo, estamos lejos de lograr integrar a la pesca y acuicultura sostenible en la discusiones de sistemas alimentarios en México, y de concebir una agenda de políticas públicas que atiendan la inseguridad alimentaria aprovechando las oportunidades que se ofrecen desde este sector. Es por ello que en este año, que se ha denominado el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales, Ethos Innovación en Políticas Públicas y EDF de México organizaron el foro Del Mar a la Mesa: Pesca y Sistemas Alimentarios Sostenibles en México para poner el asunto en la agenda pública.
En este espacio, actores relevantes en la materia coincidieron en la necesidad de fortalecer la pesca y la acuicultura con políticas públicas más robustas que busquen el bien común; reconocer que su papel es fundamental en los sistemas alimentarios y la seguridad alimentaria en México, así como invertir más en investigación científica para que esta sea la base que permita tomar mejores decisiones sobre este tema. Asimismo, concluyeron que se debe promover una cultura de consumo de alimentos del mar, así como consolidar la gobernanza y la participación desde lo local, es decir, de las comunidades costeras, incluyendo, por supuesto, un enfoque de género.
La discusión está sobre la mesa y todas y todos podemos contribuir, darle seguimiento y exigir acciones, por el cambio climático y sus afectaciones, como la seguridad alimentaria, no esperemos más.