Lineamientos sobre datos abiertos: ¿qué hay de nuevo?
jueves, 16 de octubre de 2025
Por: Dalia Toledo Para: Animal Político
El pasado 11 de septiembre se dieron a conocer los nuevos lineamientos de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) en materia de datos abiertos, y hay varios aspectos que llaman la atención y que no podemos pasar por alto.
En primer lugar, destaca la creación de la Plataforma Nacional de Datos Abiertos para que todas las dependencias de la Administración Pública Federal (APF) puedan cargar y actualizar su información. Si bien esta plataforma tiene una interfaz más intuitiva y es más amigable con el usuario, el reto es subsanar las deficiencias del repositorio anterior, como la información desactualizada, la calidad irregular de los datos y, en algunos casos, la omisión de ciertos conjuntos de información por parte de algunas dependencias, por ejemplo.
Otro punto clave que merece análisis es que estos lineamientos se aplican únicamente a la APF, dejando a los estados y municipios dos caminos posibles:
- Abrir sus datos según sus propios marcos jurídicos, recursos y capacidades técnicas, lo que puede resultar en un panorama muy heterogéneo.
- Firmar un convenio con la ATDT y convertirse en Instituciones publicantes, lo que les permitiría publicar sus datos en la plataforma bajo los lineamientos federales.
Esta segunda opción tiene ventajas y desafíos. Entre lo positivo, se abre la posibilidad de mayor estandarización. Si la APF y un buen número de dependencias estatales y municipales adoptan las mismas categorías y formatos para publicar sus datos, se fomentará la homologación, maximizando los beneficios de la apertura. Por el contrario, si cada estado clasificara los delitos de manera distinta, por ejemplo, sería casi imposible comparar las estadísticas y determinar dónde ocurren ciertos tipos de delitos con mayor frecuencia.
Por ello, para que la estandarización funcione es fundamental que las dependencias adopten, en la medida de lo posible, las mismas categorías y formatos. Los lineamientos recién publicados mencionan que se elaborará un manual operativo, y queda la esperanza de que este documento aborde el tema. De lo contrario, corremos el riesgo de tener muchos conjuntos de datos abiertos que no se “hablen” entre sí.
Pero no todo es color de rosa. Permitir que los estados y municipios se adhieran a los lineamientos federales a través de un convenio tiene dos sombras: primero, la adhesión es voluntaria (y no en todos los estados hay suficiente interés por la transparencia y la apertura gubernamental); segundo, surge la duda de si la Dirección General de Inteligencia de Datos de la ATDT cuenta con la capacidad suficiente para capacitar y guiar a todas las dependencias de la APF y a los estados y municipios que decidan sumarse. Si los recursos humanos son limitados, la prioridad serán las dependencias de la APF, haciendo que la ayuda a estados y municipios fluya a cuentagotas. La tarea no es sencilla.
Finalmente, vale la pena resaltar un aspecto que quedó fuera de los lineamientos: la promoción del consumo de los datos abiertos. Esta era una función que desempeñaba el extinto INAI: durante años trabajó para que cada vez más actores no gubernamentales pudieran conocer y explotar los conjuntos de datos disponibles con fines concretos. Abrir datos no es suficiente; el verdadero valor está en fomentar su uso, en aprovecharlos para impulsar el crecimiento, mejorar el bienestar de las personas y generar decisiones más informadas. Sin esta estrategia, los datos pueden quedar ahí, abiertos, pero sin ser usados para generar valor público.
En definitiva, la publicación de estos lineamientos y la creación de la plataforma son un punto importante en la historia de los datos abiertos, se espera que ambos nos ayuden a subsanar los errores y áreas de oportunidad del pasado. La verdadera medida de éxito no será cuántos conjuntos de datos se publican, sino qué tan útiles y accesibles son para quienes los necesitan.