Finanzas públicas

Columnas de opinión

  • El donativo en México se concentra en instituciones asistenciales, mientras que el apoyo a investigación científica o tecnológica disminuye. Esto refleja un interés en atender necesidades inmediatas más que en solucionar problemas estructurales de manera sostenible.

  • Un programa de educación que no gasta a tiempo sus recursos no puede construir escuelas ni equiparlas. Un programa de salud que no ejerce su presupuesto no puede brindar atención ni comprar medicinas o equipo médico. El retraso y recorte en el gasto es un obstáculo real que impide que los objetivos de desarrollo y bienestar se cumplan.

  • ¿Cuánto se paga de agua en la CDMX? De acuerdo con un estudio de la UAM, los subsidios no benefician prioritariamente a la población con menores recursos y las tarifas artificialmente bajas generan una menor recaudación, provocan distorsiones en el mercado y no contribuyen a reducir el consumo excesivo.

  • Ante la omisión de autoridades y la normalización social, los franeleros se han adueñado del espacio público en la CDMX, extorsionando a automovilistas con total impunidad. Aunque el gobierno capitalino propone endurecer sanciones y ofrecer alternativas de empleo, sin una aplicación real de esas políticas, la calle seguirá siendo rehén de intereses privados.

  • El compromiso de reducir el endeudamiento en este año no debe equipararse a una buena intención, tiene que abordarse como una necesidad estructural de la que depende la estabilidad financiera del país.

  • Como sociedad civil tenemos la obligación de ser un actor vigilante que asegure que la apertura de los datos camine hacia un modelo de gobierno más abierto, transparente, y útil para las personas.

  • Todo indica que las tarifas de agua en México están por debajo del costo operativo real de los Organismos Operadores de Agua. Pero, ¿por qué los prestadores no logran establecer tarifas que cubran sus costos y garanticen un suministro de calidad?

  • Para que los gastos ineludibles del gobierno tengan un menor peso y no representen una presión para las finanzas públicas, es urgente replantear la estructura del gasto público. No se trata solo de reducir lo ineludible, sino de revisar si esos compromisos están equilibrados con las necesidades de la población.