Sheinbaum y la política de cuidados: más guarderías, menos discurso

lunes, 4 de marzo de 2024

Por: Laure Delalande y Berenice Valencia Para: Este País

El trabajo de cuidados se refiere a todas las actividades que se realizan para que personas con diversos niveles de dependencia —como infancias, personas adultas mayores y con discapacidad— puedan vivir y desarrollarse. A nivel mundial, la mayor parte de este trabajo sin remuneración lo realizan mujeres. Esta carga reduce considerablemente sus oportunidades de acceder a empleos remunerados. En México, solo el 46% de las mujeres tienen empleo remunerado en comparación con el 77% de los hombres, una proporción inferior al promedio de América Latina (52%). 

Además de no obtener una retribución económica por ella, esta pesada labor no es reconocida ni valorada, lo que afecta la salud mental y física de las mujeres que la realizan. Este agotamiento es un problema de salud pública invisible y pernicioso, exacerbado por la creencia arraigada de que las mujeres deben asumir esta carga de forma “natural”. Aunque la pandemia puso más a la vista esta injusticia, la percepción general sobre el tema sigue siendo ambivalente; sin embargo, muchas mujeres experimentamos de primera mano los límites de esta situación y hoy sabemos que el tema no puede esperar y que el Estado debe asumir su corresponsabilidad de cuidar.

Esta toma de conciencia explica en gran medida por qué se volvieron más importantes y prioritarias las llamadas “políticas de cuidados”, aquellas que buscan que se respete y garantice el bienestar tanto de las personas cuidadas, como de las personas que cuidan. Se trata de una agenda cuyo objetivo es reducir la desigualdad entre hombres y mujeres, y que también pone el foco en el derecho al cuidado y la importancia de que las infancias, personas adultas mayores y con discapacidad tengan acceso al mejor cuidado posible. 

Las políticas de cuidados proponen soluciones para todos los hogares que tienen a su cargo niñes, adolescentes, personas adultas mayores o con discapacidad: ni más ni menos que el 77,8 % de los hogares en México. 

Para entender mejor qué significan las políticas de cuidados, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza habla de cuatro elementos importantes: 1) tener un red amplia de guarderías públicas; 2) dar reconocimiento laboral a quien cuida; 3) promover la distribución equitativa de los cuidados e; 4) incluir en la red de seguridad social a las trabajadoras del hogar. 

Aquí proponemos revisar qué plantea una de las candidatas a la presidencia, Claudia Sheinbaum, para el caso de la primera infancia (niñes de 0 a 6 años). En su discurso de cierre de precampaña, Sheinbaum hizo un anuncio muy fuerte: “Promoveremos la igualdad sustantiva para una vida digna y el bienestar de las mujeres. Vamos a fortalecer y a formar un verdadero sistema de cuidados para las mujeres de México.” 

Por otro lado, y como uno de los legados de Sheinbaum como jefa de gobierno de la Ciudad de México, en octubre del 2023 se instaló la Comisión Interinstitucional del Sistema de Cuidados para el Bienestar de la Ciudad de México. Esta comisión está encargada tanto de articular las políticas públicas vinculadas a los cuidados que ya existen como de sumar nuevas acciones.

Ahora, ¿cómo ha avanzado la política de cuidados para la primera infancia en los últimos años en la Ciudad de México? Uno de los programas clave del gobierno para el cuidado de las niñas y los niños menores de 5 años consiste en brindar apoyo económico para regularizar las estancias infantiles y promover la calidad del servicio que brindan. Por esta razón, buscamos cómo había evolucionado el número de apoyos a guarderías en toda la ciudad desde el inicio de la administración de Sheinbaum. Los datos disponibles nos permiten realizar una comparación entre los años 2018 y 2019.

Encontramos que el número de guarderías privadas que recibieron apoyo del gobierno capitalino pasó de más de 200 a 0 entre 2018 y 2019. Así, el número total de guarderías que recibieron apoyo, contando públicas y privadas, se redujo a menos de la mitad: de 306 a 149. La totalidad de estas 149 son públicas o comunitarias. 

Ahora bien: ¿la falta de este apoyo para las guarderías privadas implicó que estas cerraran? 

Para analizarlo, revisamos el padrón de guarderías manejado por el Sistema de Desarrollo Integral para la Familia de la Ciudad de México (DIF). Este reporta un total de 105 guarderías privadas existentes en 2024; eso es, alrededor de la mitad de las guarderìas privadas que fueron apoyadas en 2018 (162 para este entonces).

De estas cifras, podemos deducir que al menos 97 guarderías privadas cerraron entre 2018 y 2024, pudiendo esta cifra ser más alta pues las guarderías apoyadas abarcan un universo más reducido que las guarderías que están registradas en el padrón. 

Claro, podríamos pensar que eliminar el apoyo público a guarderías privadas no es un problema porque ¿qué necesidad tiene el gobierno de apoyar estancias infantiles privadas? Sin embargo, la realidad no se reduce a blanco o negro. Una revisión de la ubicación de las guarderías nos muestra muy claramente que muchas de las privadas están localizadas en las zonas más marginadas de la ciudad. Estas guarderías ofrecen, por un costo que puede ser de 1500 pesos mensuales, un servicio que debería de ser público. Es interesante saber que la alcaldía con más guarderías privadas es Iztapalapa; mientras que la que tiene más guarderías públicas es la Cuauhtémoc.

Al pensar en estancias infantiles privadas, no hay que quedarnos con la idea de un Montessori de la Miguel Hidalgo. Muchas de ellas no están en las zonas con más dinero sino en las de mayor necesidad. Y que quede claro: no son negocios lucrativos. Sobreviven, cuando pueden, porque operan con recursos escasos. Son manejadas en su mayoría por mujeres que reciben bajos ingresos y que las mantienen a flote a base de sueldos bajos, préstamos y una prestación de servicios mínima. 

Eliminar los apoyos a las guarderías privadas sin antes prever la instalación de nuevas guarderías privadas es eliminar un apoyo clave a las mujeres de la Ciudad de México, y en particular para las que viven en las zonas de mayor pobreza. Muestra el desconocimiento de la sociedad sobre el valor del trabajo de cuidados y sobre la forma en la que estos se llevan a cabo. 

Cuidar a una persona dependiente no es un asunto individual, sino una responsabilidad de la sociedad. Todas y todos deberíamos de estar por lo menos preocupados en cómo se crían y educan las infancias, qué calidad de vida tienen las personas adultas mayores y aquellas con discapacidad. Dejarlo en manos de las mujeres sin más apoyo, como un asunto doméstico y personal, merma su autonomía y reduce su poder de toma de decisiones.

A nivel nacional, poco más del 3% de las infancias entre 0 y 6 años asisten a una estancia infantil pública. No es sorpresivo entonces que el 96% de las cuidadoras principales de este sector son mujeres no remuneradas, mayoritariamente las madres. Cualquier candidata, partido o gobierno que declare tomarse en serio la agenda de los cuidados debe proponer y demostrar qué pasará con las estancias infantiles, porque seguir el rumbo actual no es opción. 

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1.  Para regularizar la calidad de los servicios de estancias infantiles y promover su mejora, está el “Fondo para la regularización de los Centros de Atención y Cuidado Infantil”. Este es administrado por la Secretaría de Finanzas CDMX en coordinación con el DIF CDMX.  

2.  A partir del 2020, la página del DIF CDMX no muestra una lista explícita de estancias beneficiarias del Fondo. 

3.  Las estancias infantiles públicas son aquellas creadas, financiadas y administradas por el gobierno mientras que las comunitarias pueden incluir la participación del gobierno y/o otras personas físicas o morales.  

4.  Basado en la consulta a dos estancias infantiles privadas en zonas vulnerables de la alcaldía Iztapalapa realizada por las autoras.