La importancia de los contrapesos para la supervivencia democrática

jueves, 31 de agosto de 2023

Por: Liliana Alvarado Para: Animal Político

En términos generales, la gobernanza democrática se asocia con sistemas de gobierno en donde se respeta el Estado de Derecho y las instituciones funcionan en apego a las normas democráticas. Ello, por ejemplo, se traduce en regímenes políticos donde los gobernantes son electos mediante procesos libres, periódicos y transparentes. Otros factores característicos incluyen la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas, así como el respeto por los derechos humanos. Cabe resaltar que en estos sistemas de gobierno se busca que la ciudadanía participe abiertamente y ejerza a plenitud sus libertades.

En la práctica, la gobernanza democrática puede verse amenazada por distintos factores que en ocasiones actúan de forma individual o simultánea. Algunos de ellos pueden ser heredados y de mayor complejidad en su solución, como los altos niveles de pobreza o desigualdad. No obstante, el deterioro de la gobernanza democrática también puede ser motivado por un líder que premeditadamente busque centralizar el poder, polarizar a la sociedad, radicalizar el debate público, desinformar, empoderar a las fuerzas armadas y hacer poco o nada por combatir al crimen organizado y a la corrupción.

Para evitar el deterioro de los sistemas y valores democráticos, existen los contrapesos. Algunos tienen cierto grado de dependencia del Ejecutivo y otros son completamente ajenos a él. Con el paso del tiempo, estos actores se han convertido en elementos imprescindibles en las democracias modernas. En la teoría, los contrapesos vigilan la actividad de otros actores, con el fin de evitar que se comporten de una manera ilegal o poco ética. En la práctica, monitorean los procesos democráticos, identifican abusos provenientes del Ejecutivo, levantan las alarmas y generan evidencia sobre las irregularidades para el uso público.

Los contrapesos tradicionales del Ejecutivo son los poderes Legislativo y Judicial. Asimismo, se han ido fortaleciendo las facultades e independencia de los organismos autónomos, las oficinas de auditoría, así como de las agencias anticorrupción. En el listado también se incluye a los think tanks (centros de investigación/organizaciones de sociedad civil), al sector privado y a los medios de comunicación. En estos casos, como parte de su monitoreo y seguimiento, analizan y cuestionan las acciones del Ejecutivo. La tarea de señalar abusos y  faltas invariablemente incomoda al poder.

La fuerza que tienen los contrapesos y su capacidad de lograr que los agentes observados rindan cuentas y generen algún tipo de cambio, a partir de una observación, depende de varios factores. En ciertos casos, su vulnerabilidad se hace palpable con la disminución del presupuesto público, la estigmatización y la persecución. La relación de poder puede llegar a ser bastante asimétrica, como sucede cuando las organizaciones de la sociedad civil buscan confrontar la fuerza del Estado. Es entonces cuando la suma de esfuerzos de varios contrapesos cobra relevancia.

En el caso de México, hemos sido testigos de los reiterados ataques a algunos de estos actores. Entre las víctimas encontramos al Instituto Nacional Electoral (INE), a algunos miembros de la Suprema Corte de Justicia, a diversos periodistas, activistas, organizaciones de la sociedad civil, al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), entre muchos otros.

Si bien las agresiones han adoptado diversas formas, resulta interesante abordar el tema del INAI y la importancia que han tenido los contrapesos para mantener con vida y operando a la institución. Cabe recordar que a finales de marzo el pleno del organismo se quedó únicamente con cuatro de sus siete miembros, lo que hizo imposible que pudieran sesionar y desahogar los recursos de revisión.

Fueron varios los esfuerzos y acciones que emprendieron distintos contrapesos de forma simultánea para presionar el nombramiento, en un primer momento, de los comisionados faltantes y, posteriormente, para permitir al pleno del INAI sesionar únicamente con los cuatro miembros restantes. La postura y unión de las organizaciones de la sociedad civil y el sector empresarial fueron claras ante la situación del organismo. Se estaba vulnerando el derecho de acceso a la información consagrado en la Constitución.

En medio de esa lucha, una buena noticia es la resolución de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia que, luego de cinco meses de parálisis, autoriza que el INAI pueda sesionar con cuatro de los siete integrantes que debería tener su pleno. Lo anterior, en tanto que el Senado realiza al menos uno de los nombramientos pendientes.

El caso del INAI es un ejemplo claro de un intento de parte del Ejecutivo por debilitar una institución que se ha constituido a partir de valores democráticos y que vela, entre otras cosas, por la transparencia y la rendición de cuentas. Sin embargo, este mismo caso nos deja ver la relevancia que tienen los contrapesos y, aún más, la importancia de articular  estrategias que busquen activar a varios de ellos de manera coordinada para contrarrestar las debilidades individuales y potenciar su efectividad.