Las ocultas conexiones entre la industria del tabaco y los voceros a favor del vapeo en México

jueves, 18 de febrero de 2021

Por: Nantzin Saldaña y Sergio Rincón. Para: Emeequis y Aristegui on line

El 18 de febrero de 2020, representantes de la Secretaría de Salud federal y organizaciones civiles cancelaron su asistencia al foro “Consumo de nicotina y su regulación”, que se realizaría al día siguiente en la Cámara de Diputados. La razón: la participación de representantes “que promueven los intereses de la industria tabacalera”, dijo en conferencia Arturo Sabines, director de la oficina nacional para el control del Tabaco de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).

Los ojos estaban puestos en dos organizaciones civiles a favor del vapeo (uso de cigarros electrónicos y vaporizadores) en México, las cuales están estrechamente relacionadas con la industria tabacalera. Médicos, científicos y expertos en el control de adicciones recibieron la advertencia vía telefónica, desde la Secretaría de Salud, de no asistir al foro porque podrían violar el artículo 5.3 del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco, el cual establece limitar o inclusive no tener interacción con representantes de la industria tabacalera.

El investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) Inti Barrientos y Arturo Sabines, de Conadic, quienes estaban invitados al foro, dijeron en entrevista que las organizaciones sobre las que había señalamientos eran México y el Mundo Vapeando y Pro-Vapeo México.

“Desde la Secretaría de Salud percibimos un conflicto de interés respecto de los participantes que acudirán a este foro. Hay representantes de la industria del vapeo que en sus organizaciones colaboran o se asocian con otras que están claramente financiadas por dicha industria”, agregó Sabines, de Conadic.

En México estas dos organizaciones son las principales activistas sobre el tema del vapeo. Sus integrantes han asistido a foros, medios de comunicación, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Congreso de la Unión para promover el discurso de que vapear es menos dañino que fumar tabaco y que es una alternativa para dejar de consumir cigarros; también han declarado que no tienen conflictos de intereses y que nunca han sido financiadas por la industria de la nicotina.

Sin embargo, México y el Mundo Vapeando ha recibido financiamiento a través de donativos de la industria nacional de vaporizadores o pequeños comerciantes de nicotina; y Pro-Vapeo México, es miembro de la Red Internacional de Organizaciones de Consumidores de Nicotina (INNCO, por sus siglas en inglés), radicada en Suiza, y la cual se ha documentado que es financiada indirectamente por la tabacalera Philip Morris International (PMI). Además, son parte de una infraestructura de organizaciones, así como grupos de científicos, abogados y médicos que han generado un discurso a favor del vapeo, utilizando información que no ha sido avalada por la comunidad científica, o inclusive con estudios elaborados por científicos con un posible conflicto de interés[[1]](https://www.ethos.org.mx/ethos-publications/las-ocultas-conexiones-entre-la-industria-del-tabaco-y-los-voceros-a-favor-del-vapeo-en-mexico/#_ftn1), al haber trabajado para la industria del tabaco.

México y el Mundo Vapeando y Pro-Vapeo México son catalogadas por sus propios directivos como frentes en contra de las leyes que actualmente mantienen una prohibición para la importación, comercialización y distribución de vaporizadores. Por un lado, la organización México y el Mundo Vapeando ofrece gratuitamente un formato de demanda de amparo en contra de la prohibición de estos aparatos o inclusive hace un llamado a la resistencia pacífica; mientras que Roberto Sussman, quien es Presidente de Pro-Vapeo México, lanzó una estrategia en redes sociales para “atacar” y “criticar” a cualquier funcionario que esté en contra del vapeo.

Inti Barrientos ha seguido de cerca a ambas organizaciones y asegura que el discurso a favor del vapeo favorece a las tabacaleras debido a que el control del mercado de la nicotina lo tienen las grandes empresas y porque, aunque existen pequeñas compañías dedicadas a la fabricación y comercialización de vaporizadores y derivados, la industria del tabaco también tiene productos similares y la capacidad de acaparar el mercado.

La revista Expansión publicó en 2018 que el mercado negro de cigarros electrónicos en México podría alcanzar los dos mil millones de dólares, aunque por el momento su venta está prohibida. A nivel global, ese año British American Tobacco obtuvo casi 16 mil millones de dólares por sus productos de vapor, según su reporte anual 2019. El mismo año, Philip Morris International obtuvo ganancias por más de 5,500 millones de dólares por la venta de los llamados “productos de riesgo reducido”.

“Estas organizaciones (México y el Mundo Vapeando, y, Pro-Vapeo México) dicen que están en contra de las tabacaleras, y eso es parte del discurso provapeo: decir que están en contra del tabaco. Pero esto no es así. Pro-Vapeo México ha participado en espacios pagados por Philip Morris International. Ejemplo de ello es que Roberto Sussman y Tomás O’Gorman (secretario de la organización) participaron en una serie de reportajes (comerciales) financiados por la tabacalera”, dice Barrientos.

En 2018, tanto Sussman como O’Gorman participaron en publirreportajes, los cuales fueron parte de la campaña “Futuro sin humo” de PMI. En junio pasado, Ethos Laboratorio de Políticas Públicas informó que el lema “Futuro sin humo” fue utilizado por decenas de influencers para hacer publicidad a iQOS.

Las frases “futuro sin humo” así como “evolucionar al vapor” forman parte de una estrategia comercial de la industria tabacalera. PMI anunció en octubre pasado que dejará de vender cigarros en 2030 y lo sustituirá por su aparato iQOS, el cual calienta el tabaco para obtener nicotina en aerosol, un proceso del cual la OMS ha advertido que no existe evidencia que sea menos dañino. Por su parte, British American Tobacco también mantiene una estrategia para sustituir sus cigarros tradicionales por su vaporizador Vype, que se puede conseguir en México por 99 pesos.

LOS INTERESES DE LOS ACTIVISTAS Y ORGANIZACIONES

Hasta este enero, las páginas web de México y el Mundo Vapeando (MMV) y Pro-Vapeo México (PVM) no muestran su Registro Federal de Contribuyentes (RFC), tampoco tienen aviso de privacidad ni cuentan con un espacio para donaciones, como sí lo hacen otras asociaciones civiles, las cuales incluso emiten recibos que son deducibles de impuestos para los donantes. Éste no es el caso. Tampoco hacen públicas sus donaciones —aunque para ellas no es obligatorio—, ni la relación de sus directivos con empresas de la nicotina.

Según su director, México y el Mundo Vapeando se constituyó como una asociación civil en septiembre de 2016 en la Notaría Número 50 de la Ciudad de México. Días después fue dada de alta ante el Registro Público de la Propiedad y el Comercio y ante la Secretaría de Hacienda, con un RFC que sigue activo ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Para operar, México y el Mundo Vapeando recurrió al financiamiento de empresas que comercializan nicotina y/o vaporizadores; según consta en los recibos de las transferencias y depósitos, de los cuales usuarios subieron fotografías a un grupo privado de Facebook que fue eliminado en diciembre de 2020.

El director de México y el Mundo Vapeando, Juan José Cirión Lee, informó en dos videos que las empresas dedicadas a la comercialización de vaporizadores y derivados que quisieran ser parte de la organización civil, debían pagar una anualidad con un costo de mil pesos, y serían registradas ante notario como “asociados comerciales”. De igual forma se fijó un costo anual de mil pesos para los “asociados consumidores”. A esto se suman los donativos voluntarios.

Ethos Laboratorio de Políticas Públicas pudo documentar con recibos y vouchers que empresarios dedicados a la comercialización y producción de vaporizadores y derivados donaron dinero a la organización México y el Mundo Vapeando.

A pesar de esta relación con empresarios de la nicotina, Cirión Lee, el director de México y el Mundo Vapeando, declaró en febrero pasado, durante el foro sobre vapeo en la Cámara de Diputados: “No tengo ningún conflicto de intereses, porque el conflicto de intereses tiene que ver con, prácticamente una postura; si acaso, el conflicto de intereses que pueda tener es que en mi labor de litigante todos los asuntos que he litigado contra Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) los he ganado”.

La otra organización civil, Pro-Vapeo México, fue fundada en 2018 y al cierre de la edición no se pudo hallar en los archivos públicos del SAT. Tampoco aparece en el Registro Comercial de la Secretaría de Economía, ni en el Instituto Nacional de Desarrollo Social, instituciones en las cuales se registran las organizaciones que desean recibir donativos y expedir comprobantes deducibles de impuestos para sus donantes, de conformidad con lo establecido por las leyes mexicanas.

Roberto Sussman es el actual director de esta asociación, Tomás O’Gorman, el secretario, y otro de los fundadores es Atakan Erik Befrits. Los dos últimos también son miembros de INNCO, red que recibe financiamiento de forma indirecta por la tabacalera PMI.

Entre 2018 y 2019, INNCO recibió 209 mil dólares gracias a una subvención de la Foundation for a Smoke-Free World (FSFW), cuyo único donante es Philip Morris International, según consta en documentos del fisco de Estados Unidos.

Es decir, parte del dinero que la empresa —dueña de iQOS y de Marlboro— dona a FSFW, está llegando al INNCO, que se asume en contra del consumo de cigarros.

Para lograr esta operación internacional, la tabacalera utiliza una filial creada en 2002 en Delaware, Estados Unidos, llamada PMI Global Services INC, la cual ha donado entre 2018 y 2019 unos 160 millones de dólares a la FSFW en Nueva York, y la cual finalmente ha financiado a INNCO, cuya sede está en Suiza.

Pero esto es apenas la punta del iceberg: en mayo de 2019, Philip Morris International se comprometió a donar 80 millones anuales a la FSFW durante una década. Eso implica una suma superior a los 800 millones de dólares para esa fundación y los proyectos “libres de humo”, como el INCCO.

Aunque hay evidencia documental sobre el financiamiento del INCCO, no existe registro sobre qué hace con ese dinero, pues esta red no publica sus gastos de operación, si es que les paga a los miembros de su junta de gobierno, como lo son O’Gorman —quien ha negado algún vínculo monetario— y Atakan, y, en su caso, cuánto; lo único que ha hecho público es que no financia a sus 31 miembros afiliados, entre ellos Pro-Vapeo México.

Sussman participa en casi todos los foros nacionales e internacionales a favor del vapeo, aunque algunos de estos también están financiados por la industria. En México y América Latina, es la voz más potente y poderosa. Un científico mexicano más conocido por defender productos con nicotina, aunque su expertise no es la medicina, sino la física. Es investigador en Relatividad General, Gravitación y Cosmología del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. Actualmente está inactivo como profesor del Departamento de Física de Altas Energías. Es coautor de un folleto de orientación técnica sobre COVID-19 y vapeo, distribuido en los últimos meses en el sitio CliveBates.com del fundador de la consultoría y promotora Counterfactual, y asistente reconocido del Foro Global del Tabaco y la Nicotina (GTNF, por sus siglas en inglés) financiado por la industria desde 2014.

En 2019 y 2020 Sussman participó en dos foros de la asociación Knowledge Action Change, que también es financiada por PMI por medio de FSFW.

Además Sussman es miembro de la plataforma MOVE (Medical Organizations supporting Vaping and Electronic Cigarettes), la cual brinda apoyo científico a INNCO, según consta en documentos de esta organización.

MOVE tampoco ha hecho público de dónde obtiene recursos para su operación. Y entre sus integrantes hay 20 mexicanos, como el propio Sussman y el empresario de vaporizadores y doctor Roberto Amury, integrante de México y el Mundo Vapeando AC.

LAS ALIANZAS INTERNACIONALES

La FSFW se presentó al mundo en 2017 como un financiador independiente, sin fines de lucro, para respaldar la investigación científica y acabar con el tabaquismo y sus efectos en la salud de las personas. En realidad, es el ente en torno al cual se forma una infraestructura global para impulsar el vapeo, pues ha sido financiada por PMI en los últimos dos años, como señalan sus reportes de impuestos, presentados ante la autoridad fiscal en EU.

Estos también revelan que sus apoyos no se han centrado en la ciencia, sino que han sido mayormente para promoción y relaciones públicas (uno de cada seis), de acuerdo al análisis hecho por la plataforma Tobacco Tactics, de la iniciativa STOP. Y ahora la FSFW presentó un índice que reporta las acciones hechas por cada tabacalera para alejarse del cigarro combustible, y optar por vapeadores y cigarros electrónicos.

La fundación creó y financia los centros de investigación, denominados “de excelencia”, que realizan artículos sobre cigarros electrónicos y vapeadores —y los señalan como menos dañinos— los cuales difunden a las organizaciones de vapeadores por región y al INNCO, para que estos a su vez se encarguen de divulgarlos en foros internacionales, medios, tiendas y fabricantes, así como entregarlos a funcionarios, legisladores y la opinión pública para que gocen de reconocimiento popular, con la idea de que sean referidos por tomadores de decisiones.

El proveedor de información e investigaciones para los grupos de vapeadores de Iberoamérica es el Centro de Excelencia para la Aceleración de la Reducción del Daño (CoEHAR, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Catania, en Italia, creado por el académico italiano Riccardo Polosa, consultor para British American Tobacco y quien ha sido financiado por PMI.

A su vez, el CoEHAR reporta al Foro Global de la Nicotina (GFN, por sus siglas en inglés), que se realiza una vez al año y también lo difunde en revistas y sitios de noticias especializados financiados por la industria como Filter Magazine, VIDA News y Vaping Today. Este último es el primero cuyo contenido es en español, que nació en el segundo semestre de 2020 y del que aún no hay reportes de dónde se financia, pero que se promueve como un diario digital para Iberoamérica, y retoma y traduce en su cobertura mucho de lo que presentan los otros dos medios en inglés.

La Asociación de Reducción de Daños de Iberoamérica (ARDT) fue creada por la red INNCO y agrupa a todas las organizaciones de vapeadores de la región. Además, las contacta con científicos extranjeros que suelen integrarse como sus asesores a fin de darles presencia internacional. Por ejemplo, así lo hizo Pro-Vapeo México con el griego Konstantinos Farsalinos y el italiano Riccardo Polosa, académicos con estudios sobre cigarros electrónicos, quienes presiden una red de expertos en Europa y América Latina, con quienes publican estudios e investigaciones.

Pro-Vapeo incluye además como consultores científicos a David B. Abrams, de la Facultad de Salud Pública Global de New York University; a Joel L. Nitzkin, del R Street Institute de Washington; a Carl V. Philips, consultor independiente en Epidemiología y Economía y exdirector científico de la Asociación de Consumidores Defensores de Alternativas Libres de Humo (CASAA); y a David Nutt, profesor de neuropsicofarmacología del Imperial College Burlington.

Además, los activistas del vapeo van formando a sus propios voceros, que les dan credibilidad y consolidan sus discursos a través de declaraciones a medios especializados, podcasts, programas de YouTube y blogs, y a la par los insertan en medios tradicionales a través de entrevistas y respaldados en investigaciones que los sustenten.

LOS ATAQUES A LAS AUTORIDADES

“El comisionado (Gady) Zabicky habla sobre la nicotina fumada por cigarros de tabaco. La dependencia es mucho menor si es consumida por otros medios (parches, chicles, cigarro electrónico, vía oral snus)”, tuiteó el 2 de junio Roberto Sussman, presidente de Pro-Vapeo México, increpando al titular de Conadic, quien en una entrevista televisiva habló de las complicaciones que el tabaquismo y el vapeo generan ante el COVID-19.

Meses después la controversia fue con Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, quien en el foro “Futuro del Control del Tabaco en México” de la Cámara de Diputados, el 17 de noviembre pasado, dijo que a través de la construcción de una pseudociencia y de mercadotecnia se busca posicionar a vapeadores y cigarros electrónicos como alternativa al tabaquismo.

El encargado de la estrategia federal contra el COVID-19 dijo sobre los vapeadores: “Hoy han aparecido nuevos protagonistas de la vida del tabaco que, sin una base científica, quisieran posicionarse como alternativas en la práctica de la cesación y de la reducción de riesgos. Y sin haber documentado apropiadamente sus posibles virtudes se empiezan a posicionar con una enorme inversión, en términos de mercadotecnia y de persuasión, y de construcción de pseudo ciencia”.

Pro-Vapeo, organización dirigida por Sussman, publicó una carta-respuesta en la que señalaba como “desinformación” lo dicho por el funcionario y lo acusaba de promover “una política desastrosa”.

Es habitual que Sussman, ante cuestionamientos al cigarro electrónico o vaporizadores, objete con referencias a artículos científicos que avalan esos productos, aunque la mayoría no estén respaldados por un proceso de revisión por pares y “no puedan usarse para guiar la práctica clínica”, que incluso advierten publicaciones como el European Respiratory Journal, cuando un estudio no ha sido verificado.

También utiliza las redes sociales como campo de batalla. Ante etiquetas como #NoFumoNiVapeo, que utilizan instancias federales como Cofepris, el activista y sus seguidores responden con #VapeoPorqueNoFumo. Y es usual que etiquete a quienes dirige sus mensajes o a quienes le son afines y respaldan la regulación de los cigarros electrónicos, como los diputados federales Éctor Jaime Ramírez Barba (PAN), Frinné Azuara Yarzábal (PRI), Lorenia Valles y José Ricardo Delsol Estrada (Morena).

Sussman rebate en redes a científicos y funcionarios que se pronuncien a favor del veto al vapeo, y tacha de “vergonzoso” el premio que la Organización Mundial de la Salud dio a México por poner impuestos a cigarros y prohibir los vapeadores. También, a quienes han afirmado que la secreción de gotículas al vapear eleva el riesgo de contagio de COVID-19. Incluso ha acusado a las campañas contra el cigarro electrónico de “promover la muerte”, y de “ignorantes” a voceros de organismos internacionales.

Estas acusaciones forman parte de un engranaje al que la industria tabacalera apoya con financiamiento directa o indirectamente en favor de sus intereses. Un ecosistema de instituciones, organizaciones, foros, medios especializados y comunidades en redes sociales que se entrelazan y llevan a consolidar investigaciones con resultados “a la carta”, que permean en la sociedad la idea de que son alternativas para dejar de fumar, menos dañinas que un cigarro, aunque esas afirmaciones no estén sustentadas con evidencia científica sólida.

Algunos de estos grupos con intereses hacen énfasis en que en países como Reino Unido sus instituciones las han avalado como alternativa para reducir el consumo del cigarro, aún en contra de la recomendación de la OMS, y sugieren se emule esa regulación. Pero eso está fuera de contexto, dado que la epidemia de tabaquismo y la capacidad reguladora de ese país no son comparables ni se encuentran en el mismo estado que las de México y otros países de ingresos medios y bajos. Lo mismo ocurre para los casos de Nueva Zelanda y Francia.

El doctor Juan Zinser, presidente del Consejo Mexicano contra el Tabaquismo y oncólogo del Instituto Nacional de Cancerología (InCan), asegura que los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN), popularmente conocidos como vapeadores y cigarros electrónicos, no ayudan a dejar de fumar y representan la puerta de entrada al mundo de la nicotina y el cigarro tradicional para casi 20% de adolescentes que los probaron por primera vez entre 12 y 13 años frente a quienes no los conocían, como documenta un estudio internacional en que participó el INSP.

Incluso la crisis por la pandemia de coronavirus ha sido utilizada por la red pro-vapeo. El artículo “Características y factores de riesgo para el diagnóstico de la COVID-19 y resultados adversos en México: un análisis de 89,756 casos de COVID-19 confirmados por laboratorio” fue publicado en European Respiratory Journal a inicios de julio, y lo firman doctores y personas presentadas como expertos ligados a esta red a favor del vapeo, como Farsalinos y Sussman. Plantea que la nicotina no es un factor de riesgo para el COVID-19, e incluso que ayuda a reducir la propensión al contagio.

Este artículo es una versión preliminar de una nueva investigación médica que no ha seguido una metodología de revisión por pares, característica de los textos con contenido científico. Es decir, no tiene aval para guiar la práctica clínica. En sus resultados refieren que en la revisión a casos de COVID-19 en México, con datos de la Secretaría de Salud, los fumadores tenían menos probabilidad de ser diagnosticados positivos, en comparación con los no fumadores. Pero este solo fue un primer documento de trabajo —paper, como lo citan los académicos— y seis meses después de su publicación, la revisión aún no se encuentra disponible

El documento ha sido utilizado por estos grupos como uno de los argumentos que quieren colocar en la sociedad.

Por su parte, José Manuel Mier Odriozola, uno de los participantes en este estudio, es el segundo vocero de mayor relevancia de esta red en México. El cirujano dirige su propio instituto privado en el Hospital Ángeles Lomas y ofrece, entre sus especialidades, terapias con productos de nicotina para dejar de fumar. Actualmente conduce un programa de investigación prospectivo comparativo con un producto de “riesgo reducido”, según él mismo refirió en un foro de la Cámara de Diputados.

El doctor Mier ofrece entrevistas en medios masivos, YouTube y redes sociales. En agosto participó en el panel de discusión sobre por qué prohibir el cigarro electrónico no es bueno para la salud, junto con Tomas O’Gorman de Pro-Vapeo México, para VIDA News Live, emisión del sitio VIDA Newsfinanciado por la FSFW.

LOS VIAJES Y LAS INVITACIONES

“Últimamente hay más investigadores científicos y clínicos que hacen trabajo a favor de la industria tabacalera, sobre todo localmente. Años atrás no era un modus operandi en México”, refiere la doctora Luz Myriam Reynales, jefa del Departamento de Investigación sobre Tabaco del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Antes los estudios se hacían en el extranjero.

“Sin embargo”, añade, “estos expertos no declaran su conflicto de interés al recibir financiamiento de la industria y ser parte del sistema nacional de investigadores o pertenecer a centros públicos de investigación. Otros más lo disimulan para posicionar sus trabajos como independientes, ya que la comunidad científica aún es escéptica a sus contribuciones. Y a ello se suma que las revistas científicas confían en la autodeclaración de los autores y no existe nada que lo valide”. Inti Barrientos del INSP añade que “crear un centro de verificación de artículos y publicaciones académicas y científicas ayudaría”.

El médico Zinser Sierra refiere que si bien se han publicado trabajos verificados que respaldan a estos productos en algunas revistas científicas de prestigio, no es la constante. “Lo que estamos viviendo ahorita no es nuevo, pero lo han ido desarrollando y cada vez lo realizan con mayor eficiencia”, agrega sobre las publicaciones que tendrían conflicto de interés por aparentemente tener una fuerte influencia de la industria del tabaco y los vapeadores .

En un análisis sobre producción, colaboraciones, conflicto de interés y resultados a 600 artículos científicos sobre cigarro electrónico y productos de tabaco calentado, publicados entre 2017 y 2019 en el mundo, y elaborados por mil 880 autores, se encontró que alguien con conflicto triplica la posibilidad de declarar menos daño por consumo de estos productos y es 65% menos probable que advierta un efecto negativo o una valoración neutral, de acuerdo al trabajo que se publicará a finales de febrero como parte del proyecto The ENDs Repository del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas del INSP, durante la reunión anual de la Sociedad para la Investigación sobre la Nicotina y el Tabaco (SRNT) 2021. El investigador Inti Barrientos adelantó algunos de estos resultados en el seminario virtual “Cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado. 2a Parte”, organizado por Tobacco-Free Kids y La Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias en septiembre de 2020.

Al menos 10 personas que apoyaron la campaña #FuturoSinHumo de PMI y que compartieron fotos en Instagram acudieron al palco de la tabacalera en Fórmula 1 en 2018; algunos de ellos también han sido invitados por esta empresa para conocer sus laboratorios en Suiza, según fuentes que han pedido anonimato, aunque también existe evidencia gráfica que fue publicada en redes sociales por los propios invitados.

Es justo en estos espacios donde coinciden activistas del vapeo, científicos, médicos y también celebridades, influencers y periodistas.

Antonio (su nombre es ficticio para guardar su identidad) es un joven activista político con 50 mil seguidores en Twitter que fue invitado por PMI en 2015 para visitar un centro de investigaciones donde se desarrollaba el cigarro electrónico iQOS. A él le pagaron los boletos de avión, hospedaje y alimentos.

Según relata en entrevista, nunca le pidieron hablar bien del producto. Pero dice que lo invitaban a eventos como la Fórmula 1 en Ciudad de México donde le insistieron, por medio de una agencia de relaciones públicas —la misma que le dio los pases de vuelo—, que iQOS era menos riesgoso que el tabaco tradicional.

Antonio recuerda que las invitaciones para los viajes y eventos fueron organizadas por una agencia de relaciones públicas, la cual se encargó en todo momento de cada detalle.

El cirujano José Manuel Mier —quien promueve el vapeo y los productos de “riesgo reducido”— ha publicado fotografías de sus visitas a PMI en su cuenta de Instagram. “Me encuentro en el Centro de desarrollo e investigación de Phillip Morris International, aprendiendo cómo se ha desarrollado científicamente nuevas alternativas al cigarro”, publicó Mier el 18 de enero de 2018.

***Philip Morris International, México y el Mundo Vapeando y Pro-Vapeo México no respondieron a solicitudes de entrevista, hasta el cierre de este reportaje.

***Este reportaje forma parte de Fostering Transparency and Accountability in the Design and Implementation of Tobacco Control Policies, un proyecto de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas, que contó con la coordinación general de Lisa Grabinsky y Silvia Márquez, con la colaboración de Gabriel Reyes. Diseño: Óscar Alva.

***Este documento fue posible gracias a una subvención administrada por la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (The Union) y financiada por Bloomberg Philanthropies. El contenido de este estudio es responsabilidad de los autores y bajo ningún caso debe considerarse que refleja el punto de vista de The Union o de Bloomberg Philanthropies.

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[[1]](https://www.ethos.org.mx/ethos-publications/las-ocultas-conexiones-entre-la-industria-del-tabaco-y-los-voceros-a-favor-del-vapeo-en-mexico/#_ftnref1) De acuerdo a los Lineamientos para Administrar el Conflicto de Interés en el Servicio Público, un conflicto de interés se define como “una situación en que un interés está en conflicto con un deber”.